13 de octubre de 2011

“Tratamos de sobrevivir”: Jorge Galleguillos, uno de los 33 mineros

Dialogar con Jorge Galleguillos, uno de los “33 mineros de Atacama”, es enfrentarse en forma directa a las consecuencias de la tragedia que mantuvo en vilo al mundo hace un año tras el derrumbe del yacimiento San José, en el norte del país.

De barba blanca y frondosa, Galleguillos aún enfrenta con nerviosismo los sombríos recuerdos de estar 69 días atrapado a 700 metros de profundidad, en una oscura, húmeda y calurosa galería de una mina que comenzó a operar hace 100 años.

“Aquí estamos, tratando de sobrevivir”, asevera Galleguillos a Notimex, frase que paradojalmente tenía un gran sentido hace más de un año, en las entrañas de San José, y hoy, ya en el exterior, sigue teniendo una gran validez.

De 57 años, aunque con su barba blanca aparenta algunos más, este perforista fue el undécimo minero rescatado el 13 de octubre de 2010 desde la mina en la cápsula Fénix, un ingenio chileno que se desplazó por un estrecho sondaje para hacer renacer a los atrapados.

Revela que nunca ha dejado de emocionarse al hablar de su experiencia y que cada vez que tiene que pronunciar un discurso en nombre de los “33 de Atacama” es inevitable derramar algunas lágrimas.

“Es que soy así, nunca he dejado de emocionarme al recordar lo que vivimos allá. Hoy estamos tratando de sobrevivir, de hacer nuevos caminos mediante charlas motivacionales que damos a empresas con algunos compañeros”, apuntó Galleguillos.

Al igual que como reconoce ser aún víctima de la emoción y de sus lágrimas, también asegura que “algún día voy a superar esta parte, me costará mucho, pero algún día lo haré... son cosas de la vida, algunos son más fuertes, otro no tanto”.

Junto a sus compañeros de encierro Luis Urzúa, Samuel Avalos, Omar Reygadas y Claudio Yáñez asumieron hace unos meses el desafío que les planteó el experto en charlas motivacionales Ricardo Muñoz, conocido como “el profe” por los mineros.

“Estamos trabajando con ‘el profe” en las charlas, pero hay algo que aún no logro superar totalmente y es ver los videos del accidente, me recuerdan mucho a la mina, es algo que no supero porque me traen a la memoria muchos recuerdos de lo que vivimos allá abajo”, dijo.

Galleguillos aseveró que cada día trata de olvidar la tragedia, de superar lo vivido y dejar todo en el pasado, pero los recuerdos de esos 69 días bajo tierra, 17 de los cuales estuvieron incomunicados con el exterior, son más fuertes.

Sus 30 años en la minería no contribuyen a dejar atrás el accidente. Por el contrario, una vida dedicada a la minería “no se puede borrar de un segundo a otro”, asegura este trabajador, quien de seguro seguirá derramando lágrimas en cada charla motivacional.

Los 32 mineros chilenos y uno boliviano quedaron encerrados en la mina San José el 5 de agosto de 2010 tras un derrumbe y sólo el 13 de octubre de ese año lograron ser rescatados con vida, en una gesta que dio la vuelta al mundo.

4 de octubre de 2011

Proyecto de ley que establece el día del trabajador radial y declara el 21 de septiembre feriado irrenunciable para los trabajadores de la radio

Establece el día del trabajador radial y declara el 21 de septiembre
feriado irrenunciable para los trabajadores de la radiodifusión
Boletín
7969-24

CONSIDERANDO:

1° Que la radiodifusión chilena desde sus orígenes en la década de los años 20 del siglo recién pasado, cuando Arturo Salazar y Enrique Sazié realizaron la primera transmisión experimental desde la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile, se fue transformando el principal vehículo para la difusión de la información, la entretención y la cultura en el país.

2° Los trabajadores radiales, pasados casi un siglo de la incorporación de la radiodifusión en Chile, continúan siendo un colectivo de trabajadores unidos por una cultura y unos valores comunes, en donde la vocación de servicio se expresa en el desempeño de sus funciones profesionales aún en los momentos más difíciles como son las catástrofes naturales o los periodos de conflicto político. El vínculo de cercanía y afecto que crean con los auditores se mantiene a lo largo de los años y se constituye en un valor irreemplazable pese a la generación de nuevas alternativas de información y entretención que ofrece la modernidad y los avances tecnológicos.


3° Que desde la administración del Presidente Juan Antonio Ríos, el año 21942 se los radiodifusores chilenos, celebraban el Día de la Radio,. Lo que suponía la suspensión de sus transmisiones pues se daba un día libre a los trabajadores, quedando una radio de turno.

Por su parte el Presidente Patricio Aylwin, el año 1991, dictó el Decreto Supremo N° 259 del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, estatuyendo el Día del Trabajador de la Radiodifusión Sonora del año 1991, entregando un día de descanso a sus trabajadores, para, norma vigente hasta el día de hoy.

Sin embargo, a contar del año 2.000, la Asociación de Radiodifusores de Chile (ARCHI), termina ese año con la tradición del día libre, pues era cada vez más común que algunas radios rompieran el acuerdo por razones comerciales y se mantuvieran en el aire., lo cual en los hechos importo terminar con este feriado de facto que se había creado desde 1942 para los trabajadores del sector.

4° Que mediante este proyecto de ley queremos rendir homenaje a los trabajadores radiales del país, declarando mediante una norma permanente el día 21 de septiembre de cada año, como su día de homenaje y conmemoración y al mismo tiempo, reponer la vieja tradición del gremio radial, de dar un día de asueto a sus trabajadores, un día feriado, de carácter obligatorio e irrenunciable que les permita a quienes trabajan todo el año, poder reunirse y celebrarse. Desde ese punto de vista, este proyecto es esencialmente un reconocimiento y un agradecimiento de Chile entero a su labor.


POR TANTO:

Los diputados que suscribimos venimos en someter a consideración de la H. Cámara, el siguiente:

PROYECTO DE LEY

ARTÍCULO ÚNICO.- Declárase el día 21 de septiembre de cada año, como el Día Nacional del Trabajador Radial y declárase corno feriado legal irrenunciable para todos los trabajadores que laboren en radios.

23 de marzo de 2008

Esquina

Ocurrió un día por la tarde. La hora y el día no importan… es más, ni me acuerdo. Esta es una esquina de Santiago como cualquier otra, pero no existe ninguna con estas particularidades.

El sol aún estaba ahí, implacable en Santiago de Chile, con sus 31 grados de furia, con esa intensidad que hace picar la piel, que molesta, que te hace sentir un ser poco afortunado cuando te percatas que no hay sombra por ningún lado.

La señora de los diarios, que aún no me explico cómo vive todo el día encerrada en ese minúsculo espacio, se lamentaba como de costumbre por el escaso dinero de las ventas. Con su mano áspera y descuidada, arregla los pocos confites que le quedan en su vitrina. Como una cruel paradoja de la vida, en uno de los vidrios de su pequeño local están sujetos con perros de ropa varios boletos de juegos de azar que, seguramente, han hecho felices a miles de personas con una danza de millones. Quizá el uno por ciento del menor de esos premios le solucionaría la vida a esta señora por varios meses.

Al otro lado de la calle, un improvisado guardia de seguridad, de aquellos que la vida los llevó por ese camino porque “era lo más rápido para ganar plata sin estudiar”, envía mensajes por su celular a su novia, una morena peruana 15 años mayor que conoció por esas casualidades de la vida en la “Pequeña Lima” de Santiago. Separado y con ganas de gozar la vida, su peruanita llegó como una salvación a su vida… es su todo… y en todo sentido (¿debo explicar con má$ detalle?).

Pienso que al local que custodia podrían entrar tranquilamente tres o cuatro tipos y ni siquiera percatarse que tienen la intención de llevarse miles de pesos y dólares… en este minuto lo importante es el celular y la coordinación para llegar a un motel del barrio Brasil, aquel que por 10 dólares te garantiza privacidad pero no comodidad, aquel donde el piso es de madera y los techos altos, aquel que cuenta con luz fluorescente porque “es más barata”, sobre todo el tiempos de emergencia eléctrica nacional, aquel que tiene sabanas con esas pelotitas desagradables, signo de que están viejas.

En la vereda del frente, una improvisada versión chilena del mexicano Doctor Simi baila al ritmo del reggaetón. Seguramente con 50 grados de calor dentro del traje, un chileno transpira peor que en un sauna por unos cuantos billetes… se habla de unos 10 dólares al día por varias horas… ahora me explico porqué Simi es millonario. Se pasea de un lado a otro, le toca la cabeza a un niño, no dice nada, sólo se mueve al ritmo de la música…

Estoy en esta esquina desde hace unos minutos y me percato que es un mundo aparte, irrepetible… tres seres humanos trabajando con realidades muy distintas pero entrelazadas entre si.

Ya dije que el día y la hora no importan, es lo de menos. Esta historia se repite todos los días, incluyendo mi presencia como observador de estos hechos… la señora se lamenta, el guardia chatea y Simi baila… la señora se lamenta, el guardia chatea y Simi baila… la señora se lamenta, el guardia chatea y Simi baila… la señora se lamenta, el guardia chatea y Simi baila… la señora se lamenta, el guardia chatea y Simi baila.

No me imagino a la señora chateando con su amante, al guardia bailando en una esquina ni a Simi lamentándose de las pocas ventas. Tampoco a la señora bailando reggaetón, al guardia lamentándose de las pocas ventas ni a Simi chateando (con esos guantes no puede apretar ni un botón y menos ver lo que escribe).

Uno de ellos, sin embargo, puede estar perfectamente en mi papel de observador. Cualquiera de ellos puede estar viendo lo que yo en estos momentos y reflexionando algo parecido, claro que reemplazará su historia personal por la mía. Seguramente pensará “este gallo se para todos los días en esta esquina y se queda viendo lo que ocurre por unos minutos… ¿qué pretenderá?, ¿acaso le interesa lo que hago o lo que no hago?”.

Mi respuesta: más que eso, me interesa esta fotografía de Santiago, de esta minúscula realidad, de esta infinita parte de la capital, aquella que muchas veces ignoramos porque nos gusta cerrar los ojos o caminar mirando al suelo, aquella que nos incomoda.

Hace calor en Santiago y la vida en esta esquina continúa, a veces con diferentes actores pero continúa. Los invito a ser parte de ella algún día parándose en una esquina cualquiera para observar lo que ocurre alrededor. Algunos minutos bastarán para construir un mundo en unos cuantos metros cuadrados, para ver desde otra perspectiva lo que ocurre, para darse cuenta dónde estamos parados y que somos parte de ese mundo que observamos... nunca olvidemos eso.

18 de marzo de 2008

Morricone y las entradas gratuitas

La venta (no reventa) de entradas para las presentaciones de Ennio Morricone en Chile podría tener una condena moral, pero se me hace difícil que un tribunal pueda castigar a una persona que vende algo que le regalaron.

Por una parte están quienes defienden al tipo o tipa que hizo una fila por varias horas (incluso algunos llegaron la noche anterior y acamparon fuera de la Estación Mapocho), y obtuvo sus entradas para venderlas, y por otro los que atacan a quienes quieren lucrar con esta oportunidad.

Yo no estoy ni con unos ni con otros... pero no por un asunto de comodidad o por evitar emitir un juicio, sino porque me parece válido que uno pueda vender algo que le regalan. El asunto está en si el sujeto siempre tuvo por objetivo obtener las localidades para venderlas. Si es así puede recibir mi condena moral, pero legalmente no está haciendo nada ilícito.

Por último, no hagamos un escándalo nacional cuando sólo son menos de 20, de un total de 15 mil entradas, las que están siendo vendidas en sitios de remate. Veamos el vaso medio lleno (existe interés por ver en directo el talento de Morricone) y no medio vacío (están vendiendo las entradas que les regalaron).

18 de diciembre de 2007

El tiempo

Hace unos días me comenzó a rondar en la cabeza el misterio del tiempo, de querer entender con claridad la relación tiempo-espacio, de querer comprender la lógica del tiempo, algo que parece complicado pero que creo es más sencillo de lo que se cree.

La última vez que me puse a pensar en forma detenida y profunda sobre el tiempo terminé con escalofríos… como que sentí la necesidad de entender más allá, de experimentar con el tiempo y el espacio para cumplir sueños… no tal vez relacionados con el pasado, sino más bien con el futuro.

Creo que si logro comprender el misterio del tiempo podré descubrir otras cosas, como por ejemplo minimizar las distancias, los miles de kilómetros que separan muchas veces a las personas…

Espero avanzar en mi idea y colocar un grano de arena para que todos, desde la señora Juanita hacia arriba, comprendan el misterio del tiempo…(continuará)

13 de noviembre de 2007

Filosofía monárquica

No cabe la menor duda que cinco palabras dichas en el lugar preciso y en el instante exacto pueden dejar un descalabro notable... muchas veces me he mordido la lengua para no decir lo que pienso y ser "politicamente correcto". Otras veces he dicho lo que creo y he aguantado una avalancha de críticas... a ratos no se que decir... ¿me callo?, ¿digo a medias lo que pienso?, ¿me voy con todo?.
Creo que la filosofía "monárquica hispana" vinculada al "¡por qué no te callas!" es digna de ser adoptada en algunos momentos de la vida, tal vez no con esos mismos términos pero si con su mismo espíritu... tener los cojones para poner punto final a las cosas que sabemos nos hacen daño o consideramos injustas.
De cada uno depende... yo, al menos, empiezo hoy.

4 de noviembre de 2007

Este fue el el segundo cuento... "De 10 en 10"

Una vez más subo al Metro rumbo al trabajo. Diez son las personas que visten traje gris. Chilenos obviamente. Veinte estaciones deben pasar para llegar a la maldita oficina. Treinta solicitudes deberé procesar para cumplir con la meta diaria. Cuarenta serán mis minutos para almorzar porque debo pagar cuentas. Cincuenta mil pesos ya se fueron rápido de mis manos. Sesenta minutos... debo volver a mi trabajo, pero antes compro setenta velas para cumplir con mi manda a San Expedito. Ochenta copias de su oración dejo en la iglesia... mejor noventa, más personas sabrán de sus milagros. ¿Y si dejo cien?